"China y Japón se han puesto de acuerdo en aumentar las consultas en este tema", ha señalado Wu Dawei, enviado de Pekín para asuntos de la península coreana, tras una reunión de 90 minutos con su homólogo nipón, Kimihiro Ishikane.
Esta es la primera visita de Wu a Japón desde la subida al poder de Shinzo Abe en 2012, lo que demuestra las tirantes relaciones diplomáticas entre las dos mayores potencias del continente.
La visita de Wu, quien ya estuvo en Seúl en febrero para el mismo asunto, evidencia la actitud más estricta hacia Pyongyang, que ya ha lamentado el cambio.
Rodong Sinmun, el diario oficial del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, lamentaba ayer que un gran país como China se hubiera alineado con las amenazas de Estados Unidos y hubiera abandonado la vieja amistad con Pyongyang.
La reunión de hoy sucede a la cumbre nuclear de este fin de semana en Washington en la que los presidentes de China y Estados Unidos acordaron el cumplimiento de las sanciones de la ONU.
La principal diferencia entre la estrategia de Pekín y el resto es la voluntad de la primera de retomar las conversaciones internacionales para la desnuclearización de la península, mientras otras cancillerías son reticentes mientras Pyongyang no muestre algún síntoma de mejora.
El ministro de Exteriores japonés, Fumio Kishida, ha dicho hoy en rueda de prensa que piensa que aquellas conversaciones son el marco más adecuado para resolver el problema pero que "dada la situación actual, Corea del Norte debería primero aprobar medidas positivas y constructivas hacia la desnuclearización de la península".