"Azerbaiyán debe ser consciente de que la parte armenia responderá con un golpe aún más fuerte", dijo el portavoz del ente militar, Artsrún Ovanisián, al comentar las amenazas que se escuchan desde Baku.
Los combates a gran escala que se reanudaron en Nagorno Karabaj el 2 de abril representan la mayor espiral de violencia desde que el conflicto entró en fase latente hace más de dos décadas.
Ereván responsabilizó de la ofensiva a Bakú que, a su vez, denunció múltiples bombardeos de poblados desde el lado armenio.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas, en su primer informe sobre Karabaj correspondiente al 3 de abril, indica que la escalada de violencia causó al menos 33 muertos el pasado sábado y, según fuentes no oficiales, más de 200 heridos.
También señala que en la zona del conflicto viven unas 150.000 personas que corren el riesgo de verse desplazadas si se intensifican las hostilidades.
Las relaciones entre Ereván y Bakú se deterioraron desde que Nagorno Karabaj, un enclave de población mayoritariamente armenia, decidió independizarse en 1988 de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Para impulsar una solución negociada del conflicto, en 1992 se instituyó el Grupo de Minsk, copresidido por EEUU, Rusia y Francia.
Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial; por su parte, Armenia defiende los intereses de la autoproclamada República de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.