Girls aged just 10 forced to have brutal 'breast ironing' — in BRITAIN https://t.co/SL3JrUoXli pic.twitter.com/A0sse1ViCf
— Daily Express (@Daily_Express) March 26, 2016
La justificación cultural de la práctica radica en hacer a las niñas menos atractivas sexualmente y por consiguiente, garantizar su seguridad y evitar que sean violadas.
La práctica es muy utilizada en países como Benín, Chad y Togo, pero se da especialmente en Camerún. Se estima que al menos un 25 por ciento de las niñas camerunesas han practicado esta tradición. Sin embargo, el número real puede ser mucho mayor, llegando a alcanzar un 50 por ciento de las niñas, según las organizaciones locales que luchan por la eliminación de la violencia contra las mujeres.
British girls as young as 10 face harm from breast ironinghttps://t.co/gX482yQpTL Cultural enrichment from Africa. #barbarism
— David Vance (@DVATW) March 26, 2016
Se trata de un tipo de violencia de índole familiar. En casi 60 por ciento de los casos, la propia madre de la víctima es quien lleva a cabo la mutilación.
"-El planchado de senos- es un secreto familiar. Se lleva a cabo por la madre o por la pariente mujer más próxima, una tía o abuela", explicó Margaret Nyuydzewira, presidenta de la Organización para el Desarrollo de las Mujeres y Niñas Camerunesas, al periódico Telegraph.
Según Nyuydzewira, el planchado de los senos ocurre típicamente a niñas de nueve a 14 años, mientras pasan por la pubertad. La práctica normalmente dura alrededor de seis meses.
Las consecuencias de la mutilación son numerosas. Las niñas pueden tener quemaduras, cicatrices, infecciones, abscesos y hasta llegar a desarrollar cáncer. Además, la mayoría de las niñas presenta problemas psicológicos a largo plazo, puesto que la práctica causa un daño irreparable en su autoestima.