"Todavía no me lo creo," comenta Víctor. "Creo que me debo sentir muy dichoso de haber tenido la oportunidad de participar activamente en este foro empresarial Cuba-USA, de poder contribuir a lograr la normalización de las relaciones entre nuestros países. De poder estar tan cerca del presidente Obama y tener la oportunidad de conversar con altos funcionarios y empresarios de los Estados Unidos, escuchar de ellos mismos que están dispuestos a invertir en Cuba y de que existe la voluntad de ambas partes de cooperar juntos para el bienestar de todos", dice.
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Otros tuvieron incluso la suerte de saltar a la fama al ser mencionados por el propio Obama en su discurso, como Yondainer Gutiérrez, quien ha hecho un exitoso directorio de servicios gastronómicos; el peluquero Papito Valladares, quien fundó el proyecto ArteCorte o Sandra Lídice Aldama, que eligió abrir un pequeño negocio de ropa.
"En una economía global, potenciada por ideas e información, el valor más importante de un país es su gente", les dijo Obama. "El cubano inventa del aire", sentenció en español.
A pesar de las buenas intenciones anunciadas por el presidente norteamericano, e incluso algunas medidas tomadas por su gobierno, paradójicamente el bloqueo persiste y continúa haciendo daño en primer lugar al cubano de a pie. Y por supuesto, a muchos de esos que han decidido arriesgarse a montar su propio negocio.
"Nos afecta porque no podemos acceder a soporte en línea en sitios con un host en territorio norteamericano, no puedo comunicarme con el soporte de Apple o Microsoft para dar servicio a nuestros clientes", explica Víctor Lazo. "Debemos enmascarar la comunicación desde Cuba, cambiar la dirección IP para que parezca que estamos en otro país y con eso logramos resolver algunas cosas", revela.
Algunos se quejan de la imposibilidad de importar equipamientos e insumos directamente, entre otros obstáculos.
La administración Obama está dando pasos concretos para potenciar el sector privado, y así lo ha expresado una y otra vez el propio presidente, mientras aún se dificulta el comercio a nivel estatal. No se trata éste de un interés gratuito, ya que ven en estos pequeños empresarios a una fuerza capaz de impulsar otros cambios y una manera de influir en el destino de la isla.
Mucho tendría aún que cambiar a ambos lados, para que esfuerzos como Promovil logren desplegar todas sus potencialidades, pero para ellos se abre una chispa de esperanza tras el encuentro. "Espero que este día marque un antes y un después en mi vida y en mi proyecto, que signifique una nueva etapa en la que enfrentar nuevos retos y nuevas oportunidades, creo sentirme listo para lo que se avecina", afirma Víctor.
"Una nueva Cuba sin bloqueo, sin las trabas que tenemos que enfrentar día a día los cubanos, ese es mi sueño.
"Yo mantengo la fe de que Sí se Puede", dice parafraseando a Obama.
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Esa nueva Cuba dependerá en parte de las acciones de la política norteamericana, y también de los pasos que se den desde las altas esferas cubanas. Pero debemos empezar a gestarla también cada día, desde cada uno de nosotros.