MOSCÚ (Sputnik) — La decisión de vender por 49,50 libras (63,25 euros) un traje de baño que "cubre el cuerpo completo con la excepción de la cara, las manos y los pies sin comprometer tu estilo" ha generado un nuevo debate en el país sobre los límites de la religión islámica en el país y en el resto de Europa.
"Lo que está en juego es el control social sobre el cuerpo de las mujeres: cuando las marcas invierten en este mercado textil islámico, están eludiendo sus responsabilidades y promoviendo que se encierre el cuerpo de las mujeres", declaró Rossignol a la cadena de radio RMC.
Para la ministra francesa, "no se puede trivializar y considerar inofensivo el hecho de que grandes marcas inviertan en un mercado que pone a las mujeres musulmanas en una situación de tener que llevar eso".
"Lo que más me llama la atención es que estas marcas digan que no están promoviendo un estilo de vida en particular, aunque está vinculado", protestó.
Un portavoz de la marca dijo que Marks & Spencer "proporciona una amplia gama de trajes de baño de calidad" y añadió que "quienes participan en cómo la sociedad se representa tienen una responsabilidad".
Rossignol no fue la única voz en Francia que protestó contra la decisión de la cadena británica.
"Estoy escandalizado", dijo un socio de Yves Saint Laurent a la radio Europe 1: "Los creadores no tendrían nada que ver con la moda islámica, los diseñadores están ahí para hacer que las mujeres sean más hermosas, darles más libertad, no para colaborar con esta dictadura que les impone esta cosa abominable que oculta a las mujeres y les hace llevar una vida oculta", dijo al pedir a Marks & Spencer que "renuncie al dinero y tenga algunos principios".
La llamada "moda modesta" se ha convertido en un lucrativo nicho de mercado en Reino Unido con el crecimiento de la población musulmana con el que la industria espera recaudar 300.000 millones de dólares en todo el mundo este año, señala el rotativo.