RÍO DE JANEIRO (BRASIL) (Sputnik) — En concreto, un 61 por ciento de la plantilla fue recortado entre diciembre de 2013, cuando contaba con 446.300 trabajadores, y febrero de 2016, cuando apenas contó con 276.600 trabajadores, considerándose el inicio de los despidos el final del año 2014, cuando su presidenta Graça Foster abandonó el cargo.
Antes de eso, Foster había promovido el despido de 74.300 trabajadores, mientras que su sucesor, Aldemir Bendine, continuó con el proceso de despidos recortando 95.400 puestos de trabajo con el objetivo de reducir costes fijos ante la caída del precio del petróleo y la cancelación de numerosas inversiones en la semiestatal.
Folha calculó además que el 85 por ciento de los despidos se produjeron en el área de servicios y obras de la empresa, que pasó de 175.800 empleados en diciembre de 2013 a apenas 30.800 trabajadores en febrero de 2016, un recorte asociado a la paralización de numerosos contratos de explotación.
La deuda bruta de Petrobras alcanzó en el tercer trimestre de 2015 un volumen récord de 506.500 millones de reales (128.949 millones de dólares), una situación incómoda que obligó a la compañía a anunciar el pasado 28 de enero una ambiciosa reestructuración de su estructura administrativa que reduciría de 7.300 a 5.300 el número de gerentes de la compañía en cada uno de los procesos de producción.