“La decisión no debe ser interpretada como un desaire, porque los presidentes ya se reunieron en el noviembre pasado durante la celebración de la cumbre G20 en Turquía y hablaron por teléfono en febrero”, escribe Wall Street Journal, citando el comunicado de la Casa Blanca.
Según la opinión de varios expertos, la negativa es una mala señal para el presidente turco.
Caricatura: ¿Erdogan ya no es bienvenido?
Hoffman subrayó que el autoritarismo creciente del mandatario turco y su política cruel contra los kurdos contribuyeron en el empeoramiento de las relaciones bilaterales entre ambos países.
La tensión entre Washington y Ankara surgió después de que EEUU apoyara a los kurdos en su lucha contra el grupo terrorista Daesh, proscrito en muchos países, mientras que Turquía los considera terroristas y bombardea sus posiciones.