RÍO DE JANEIRO (BRASIL) (Sputnik) — Tan solo en el cuarto trimestre del año pasado la petrolera presentó pérdidas por valor de 36.900 millones de reales (alrededor de 10.000 millones de dólares), cuando la mayoría de analistas esperaban beneficios.
En esta ocasión el presidente de la compañía, Aldemir Bendine ha culpado de nuevo al derrumbe del precio del barril de petróleo –el Brent ha caído más de un 50% en este año—y sobre todo al frenazo de la demanda interna debido a la crisis económica que atraviesa Brasil.
Según la empresa la facturación por ventas cayó un 5% el año pasado, llegando a 321.600 millones de reales (88.800 millones de dólares), algo que achaca a la reducción de la demanda de derivados en el mercado interno –que llegó a caer un 9%-- y a los menores precios de exportación del petróleo.
Otro factor determinante han sido las bajas de activos financieros por valor de 47.600 millones de reales (13.152 millones de dólares), la mayoría de los cuales están relacionados con los campos de petróleo.
Uno de los casos más simbólicos es el del Complejo Petroquímico de Río de Janeiro, que estaba llamado a ser la joya de la corona de Petrobras y que ahora está con las obras paradas. Ha provocado unas bajas de 5.200 millones de reales (1.436 millones de dólares).
Aun así Bendine ha querido destacar que gracias a los cortes en inversiones (se han recortado un 12%) por primera vez en ocho años se ha logrado un flujo de caja positivo: 15.600 millones de reales (4.300 millones de dólares). “Mostramos un rescate de la credibilidad”, ha destacado el presidente al presentar los resultados en rueda de prensa en Río de Janeiro.
Son los segundos resultados que la compañía presenta desde el estallido del caso de corrupción más grande en la historia reciente de Brasil, y que dio inicio a una de las peores fases en los más de 60 años de la compañía, uno de los principales motores de la economía del gigante suramericano.
En estos dos años importantes directivos fueron detenidos, la anterior presidenta, Graça Foster, dimitió; y la compañía se enfrenta a varias demandas judiciales relacionadas con la trama corrupta –muchas de ellas con origen en inversores de Estados Unidos--, y ha asumido continuas pérdidas en la Bolsa.