El corresponsal de Radio Sputnik en Río de Janeiro, Joan Royo Gual, señala que el audio, grabado el mismo día del nombramiento, se corresponde con una conversación telefónica entre Dilma y Lula, en el que se da a entender que la presidenta le ofrece el cargo para salvarle de una hipotética detención por parte de la policía: "Te daré el acta de ministro, pero úsala sólo si es necesario".
No conforme con filtrar esa llamada, el magistrado Sergio Moro filtró un alud de conversaciones telefónicas privadas y personales de Lula, incluso con sus familiares y amigos. Pero esta acción puede costarle caro a un Moro sediento de juzgar.
Consecuencia: en Brasil ya se cierne la duda a nivel jurídico sobre estas filtraciones, y la legitimidad del accionar del juez Sergio Moro está en duda, según Royo Gual.
Esto despertó la indignación de La Orden de los Abogados de Brasil, una de las principales instituciones de derecho del país, que emitió una nota: "El procedimiento del magistrado, típico de Estados policiales, pone en riesgo la soberanía nacional y debe ser repudiado, como pasaría en cualquier república democrática del mundo", dice el comunicado.
En Brasil se habla de una "estrategia descarada" por parte del juez, a quien ven como alguien que quiere tumbar al gobierno democráticamente electo de Rousseff de cualquier manera.
Estas filtraciones hicieron reaccionar al excontratista de la NSA y la CIA, Edward Snowden, quien dejó caer su opinión en su cuenta de Twitter: "Es un cuento de hadas: tres años después de los titulares sobre las escuchas telefónicas, Dilma Rousseff todavía hace llamadas sin cifrar".
Joan Royo Gual explica que hasta han salido a la luz llamadas muy comprometedoras del mismísimo alcalde de Río de Janeiro. Da la impresión de que los altos funcionarios de Brasil no se cuidan de los pinchazos telefónicos.