RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — En las mismas, los agentes interrogaron al líder del Partido de los Trabajadores (PT) sobre los supuestos sobornos recibidos por el Instituto Lula y la empresa LILS Conferencias, ambas relacionadas directamente con Lula da Silva, y que fueron apuntados por el Ministerio Público Federal (MPF) por un valor de 30 millones de reales (unos 8,27 millones de dólares).
Durante este lunes fueron conociéndose algunos detalles sobre la conversación que durante tres largas horas mantuvo el expresidente con los agentes de la Operación Lava Jato a los que, exhibiendo su fuerte carácter, Lula advirtió: "Todo lo que me hicieron me hizo cambiar de opinión (…) Estoy viejito y quería descansar pero ahora seré candidato a la presidencia en 2018".
Ya sobre las donaciones supuestamente irregulares, Lula explicó que fueron debidamente declaradas y dijo: "No autorizo las donaciones porque en el Instituto Lula soy solamente el presidente honorario(…) es un cargo simbólico, no participo de las reuniones de los directores ni de as decisiones, el Instituto Lula tiene una directoria propia".
En un momento dado, el comisario de la Policía Federal encargado del interrogatorio cuestionó al expresidente sobre el pago de 1,67 millones de reales (unos 460.000 dólares) a la empresa G4 Entretenimiento y Tecnología que estaría dirigida por su hijo, Fabio Lula da Silva, a lo que Lula respondió que el Instituto Lula siempre pagó "correctamente los servicios prestados".
"Si no me falla la memoria debe haber sido el Memorial de la Democracia porque hicimos la memoria digital que está en la red, hicimos el Memoral y Políticas Públicas, dos programas online para difundir lo que ocurrió en Brasil y que implicó hacer varios rodajes, trabajo de estudio… debió haber sido eso", aclaró Lula.
Por último, el carismático político se defendió de las acusaciones en su contra y retó a los comisarios de la Policía Federal al decir que "si están detrás de la verdad deben apresar al fiscal del Ministerio Público, el que dice que el apartamento en Guarujá es mío" y concluyó con un sentido "espero que el día que esto termine alguien me pida disculpas, que diga disculpa por amor de Dios, fue un error".
El impacto de las declaraciones del expresidente ha sido fuerte en los medios de comunicación de Brasil ya que Lula da Silva ha dejado clara su intención de devolverle la jugada a los partidos de la oposición y al mismísimo juez Sérgio Moro, responsable de la Operación Lava en la Justicia Federal, algo que podría iniciarse el próximo viernes 18 de marzo con la movilización nacional en su apoyo por todo Brasil.