Se trata de un casco virtual y de una bola instalada en la punta de los helicópteros, que con una cierta precisión repite todos los movimientos de la cabeza del aviador, permitiéndole discernir el relieve y la aviación enemiga.
De acuerdo con el canal ruso Zvezda, el sistema especial reúne tres tipos de cámaras: una nocturna, una térmica y una telecámara, las que transmitirán la imagen directamente a la visera transparente del casco.
El director y diseñador general de un centro de tecnología ruso, Leonid Kostyáshkin, ha señalado que “moviendo su cabeza en el casco, el piloto puede guiar la línea de mira de la bola, que es un aparato óptico-electrónico”.
Dicha munición supermoderna pesa tan solo dos kilogramos lo que fue posible gracias a la electrónica compacta creada en la ciudad rusa de Riazán, que se pondrá muy pronto a pruebas en el aire.
Se prevé que estos cascos permitan a los pilotos reducir considerablemente el tiempo para tomar una decisión en el aire.