Rage Yoga: Finding peace and mobility through screams, swears and beer https://t.co/fdYKjfYoIs pic.twitter.com/Q4TCXFrI2c
— CBC Calgary (@CBCCalgary) March 7, 2016
Durante sus clases, Instace combina las posiciones tradicionales de yoga con gritos, gestos ofensivos y cerveza para ayudar a los participantes a dejar de lado su rabia. La pacífica música de las convencionales clases de yoga son reemplazadas por metal a alto volumen.
"Cuando se crea un espacio para estar enojado y gritar groserías, de repente, se hace difícil tomarse las cosas tan en serio", afirmó Istace.
Según la canadiense, a muchos instructores no les gusta su manera de practicar yoga, ya que la consideran "ilegitima". Istace concuerda que su técnica no sirve para todos. "Todo el mundo tiene derecho a su propia opinión. Diferentes cosas funcionan para diferentes personas y no todos tienen que estar de acuerdo", declaró.