El investigador letón Ivars Kalvins que creó el meldonium en 1976, aseguró que sus píldoras cardíacas son incapaces de mejorar los resultados de los deportistas.
"Meldonium ha entrado en la lista de sustancias prohibidas a los deportistas. Lo que no significa haberlo clasificado como dopaje. (…) El hecho de incluirlo siquiera, en mi opinión, es una gran tontería", señaló.
Faltan investigaciones clínicas, según Kalvins, que comprueben que el meldonium es un dopaje. "El propio hecho de que una mujer diga que está tomando meldonium y por eso hace falta prohibirlo, no puede ser algo del mundo científico. Esto ya huele a política".
El farmacólogo especificó a la BBC la funcionalidad del meldonium, explicando que el medicamento permite al organismo adaptarse a un alto déficit de oxígeno, cuando normalmente una célula moriría. Estas condiciones pueden darse, por ejemplo, al practicar un deporte profesional: "El meldonium hace que —para producir energía- el organismo consuma azúcar en vez de grasas. Sin embargo, así se produce menos energía, por lo que no es un dopaje de ninguna manera", señaló.
El medicamento especialmente se popularizó entre los deportistas de la antigua URSS, ya que en el territorio postsoviético es posible adquirirlo sin prescripción médica. Según el periodista de la cadena alemana ARD, Hajo Seppelt, cuyas películas resultaron en varias descalificaciones del atletismo de Rusia, sostuvo que dicho fármaco se detectó en 724 de un total de 4316 casos de los deportistas rusos durante el año 2015.
En 2016, aparte de la tenista María Sharapova, el meldonium fue detectado en la sangre de la deportista de patinaje artístico Ekaterina Bobrova, el campeón de corta distancia Semión Elistratov, el voleibolista Alexey Markin y el patinador Pavel Kulíjnikov. La carrera del último puede estar arruinada, ya que en 2012 ya fue descalificado a causa de tomar methylhexaneamine. Al regresar al deporte, Kulíjnikov ganó varias medallas de oro y estableció un récord mundial en 500 metros.