RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — "Manifiesto mi total inconformidad con el hecho de que un expresidente de la República que, en varias ocasiones compareció voluntariamente para prestar declaración ante las autoridades competentes, sea ahora sometido a una innecesaria conducción coercitiva para prestar declaración", declaró Rousseff al principio de su intervención.
En concreto, el senador Amaral habría relatado a la Justicia Federal que la presidenta Rousseff nombró al juez Marcelo Navarro en el Supremo Tribunal de Justicia (TSJ) con la intención de que este actuase para obstaculizar las investigaciones y facilitar la liberación de los empresarios acusados en la Operación Lava Jato, entre ellos el presidente del consorcio constructor Odebrecht, Marcelo Odebrecht.
"Desde el punto de vista institucional no tendría ninguna razón para pedir a un senador que converse con un juez. No es el senador quien participa de los procesos de nombramiento de los miembros del TSJ", detalló Rousseff quien recordó que al igual que Marcelo Navarro nombró a otros 15 jueces, una responsabilidad que le corresponde a ella como presidenta de la República.
Visiblemente irritida, Rousseff declaró que el único objetivo "mezquino" e "inmoral" de las filtraciones realizadas por Istoé son las de alcanzar la reputación del expresidente y de su gobierno y que, en caso de haberse producido, las declaraciones de Amaral serían producto de una "venganza personal" por su prisión hasta el pasado 19 de febrero, cuando fue liberado tras aceptar un acuerdo de delación premiada con la Justicia Federal.