Se trata de "imponer el síndrome de Estocolmo" obligando a la víctima a sentir afecto por su verdugo, opinó la diplomática, quien resaltó que la "memoria de los bombardeos" de la OTAN en la antigua Yugoslavia "aún perdura en la región".
La élite política de Montenegro está bajo presión de Occidente en este asunto, lamentó Zajárova.
"¿Qué clase de democracia hay aquí? La democracia es cuando se le pregunta a la gente y se deja celebrar un referéndum", como ocurrió en Crimea, insistió.
A este respecto, la portavoz de la Cancillería rusa evocó el precedente de Kosovo cuando "Occidente tomó una decisión unilateral: Washington dio la orden y Kosovo fue separado de Serbia".
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Moscú sostiene que la decisión de pertenecer o no a la OTAN corresponde a los propios montenegrinos, recordó.
"Planteamos esta cuestión a nivel internacional y denunciamos la presión de Occidente al Gobierno de ese país. Decidir el futuro de un país por sus ciudadanos es inaceptable y viola las bases de las relaciones internacionales que defendemos", concluyó.
El pasado diciembre, Montenegro recibió la invitación oficial del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, para incorporarse a la Alianza.
Sin embargo, la oposición del país balcánico rechaza la adhesión y exige la renuncia del primer ministro y la celebración de nuevas elecciones parlamentarias y un referéndum.