Se estima que unos 4.000 combatientes de Daesh (el autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países) controlan este distrito del este de Libia, estratégicamente situado en la costa del Mediterráneo y a pocos kilómetros de explotaciones petroleras.
Fetouri anticipa un nuevo ataque aéreo de Occidente para "protegerse de una amenaza tan próxima a Europa".
Muchos combatientes huyeron de Siria y, de acuerdo con el periodista libio, la mayoría son extranjeros provenientes de Túnez, Argelia, Mali, Chad o Niger.
El académico cree que los habitantes de Sirte, predominantemente musulmanes suníes, podrían expulsar a los islamistas de su región si "tuvieran confianza en que obtendrán amparo internacional".
Por el contrario, según recalcó, los libios "se sienten abandonados" cinco años después de la revuelta y consiguientes ataques aéreos de Reino Unido, Francia y Estados Unidos.
"Toda intervención militar es errónea y en el caso de Libia se produjo sin conocer bien el país y sin un plan para el día después de la ofensiva", criticó.
Fetouri denuncia las "mentiras" que sirvieron como justificación humanitaria para entrar en el conflicto libio en 2011, cuando el "objetivo primordial fue derrocar al (general Muamar el) Gadafi".
Desde entonces el país está fragmentado, con las milicias controlando el oeste en torno a Trípoli y los extremistas de Daesh en poder de una creciente zona en el este mientras prosiguen negociaciones de la ONU para formar un Gobierno estable de unidad nacional.
"En Tripoli hay menos protestas y más seguridad que hace un año pero también hay menos fiabilidad en la burocracia y gestión de las milicias", señaló en el transcurso de una de las frecuentes visitas que realza a su país natal.
En las últimas horas se cerró un acuerdo para formar un Gobierno unitario, aunque Fetouri duda de su efectividad práctica puesto que, según explicó a Sputnik Nóvosti, "requerirá protección de las milicias y por tanto dependerá de ellas".
"La comunidad internacional debería haber actuado hace años, ahora el país está resquebrajado en tantas piezas que enmendarlo es muy difícil y llevará al menos una década", dijo.
"Pero estas no son las cuestiones que más inquietan a los libios", aseguró a esta agencia.
No obstante, el académico intuye que el Parlamento aprobará el nuevo Gobierno abriendo el camino para su instauración en Trípoli, quizá dentro de un mes.
"Libia es un país viejo con mucha historia por detrás. También tiene un futuro por delante, pero este futuro no comenzará antes de 2020 o incluso 2025", proyectó con un optimismo muy contenido.