Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que un caza turco derribara en territorio sirio un avión militar ruso Su-24 que retornaba a su base tras bombardear objetivos terroristas.
"La persona que asesinó al piloto cometió un crimen. ¿Qué puede hacer Turquía? Detenerle y, si su culpa fuera demostrada, llevarlo ante la justicia. Será una oportunidad para abrir las puertas de negociaciones con el fin de normalizar las relaciones con Rusia", dijo Gunay.
Superar la crisis, en su opinión, es una tarea para los diplomáticos.
"Es muy injusto que Rusia y Turquía entrasen en una confrontación, debemos solucionar el problema", agregó el interlocutor de la agencia.
Tras el derribo del Su-24, calificado por el presidente ruso Vladímir Putin como una "puñalada por la espalda", Moscú impuso restricciones económicas a Turquía en los ámbitos de comercio, educación, turismo y empleo.