"Es tan importante sentirse cuidado y acompañado, sentirse querido, y saber que están buscando la mejor manera de cuidarnos", dijo el papa a unos treinta niños que lo recibieron en el Hospital Infantil.
El líder religioso agradeció a todo el personal del hospital para niños: "las persona que no solo con medicamentos, sino con cariño-terapia ayudan que este tiempo sea vivido con mayor alegría, son tan importante, una caricia ayuda tanto a recuperarse".
Francisco contó a los niños el relato bíblico en el que Jesús acude con sus padres a un templo donde un anciano llamado Simeón sintió ganas de tomarlo entre sus brazos para agradecer y bendecir a Dios.
"Este hombre es la representación de un abuelo, que nos enseña dos valores fundamentales: agradecer y a su vez, bendecir", dijo en su breve charla de media hora.
El papa hizo la escala del hospital en su camino de regreso hacia la Nunciatura Apostólica, de una misa ante unas 350.000 personas en el empobrecido municipio obrero de Ecatepc, y agradeció el momento para "compartir un rato de sus vidas", con todas los médicos, enfermeras, miembros de personal y voluntarios que los atienden.
El excardenal jesuita de Buenos Aires, conocido por su trabajo con niños carenciados en Argentina, tocó una campana que suena en forma cuando un niño supera una crisis de salud.