"La única salida es la negociación entre las facciones en pugna para constituir un Gobierno de unidad nacional que pueda elaborar un proyecto de país e iniciar su recuperación", dijo Pineda.
Pineda fue, entre 1996 y 2001, el último embajador en Trípoli del Gobierno venezolano de Rafael Caldera (1994-99) y el primero del fallecido Hugo Chávez (1999-2013).
En su opinión, "el movimiento de primavera árabe que estalló en Libia hace ahora cinco años se justificaba plenamente, pues había un régimen de dictadura, autoritario, personalista, de partido único y que propiciaba movimientos armados en otros países, como grupos combatientes en el Medio Oriente y en Chad".
Gadafi "quizá debió ir a una Corte Internacional que lo juzgase, y no perecer de la forma como fue ejecutado", agregó.
Entre las bajas del fracaso de lo que fue la rebelión de hace cinco años en Libia, Pineda anotó a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, en donde Trípoli jugaba un activo papel con su producción de millón y medio de barriles diarios, y la Unión Africana, en la que era un activo participante y cooperador.
"Lo que queda, como salida para evitar una fractura definitiva del país, es atender los llamados de las Naciones Unidas para la negociación entre los contendores con el apoyo de los principales actores internacionales", concluyó el experto.