"América Latina parece un terreno mucho más neutral, pero de un peso del cristianismo muy importante… Francisco es un papa latinoamericano y se sabe también que desde el lado ruso había un deseo bien formulado de que (el encuentro) no se produjera ni en Roma ni en Moscú o en territorios muy vinculados a ambos patriarcados", dijo Dabezies, presidente de la Comisión de Diálogo Interreligioso del Arzobispado de Montevideo.
El religioso enfatizó el rol del presidente de Cuba, Raúl Castro, quien ha tenido desde el principio una buena relación con Francisco, y también mantiene un vínculo cordial con el patriarca Kiril, que ya ha visitado la isla caribeña en tres ocasiones.
"Lo han señalado periodistas y analistas: quien ha jugado un rol importante (en el encuentro) fue Raúl Castro", indicó.
Cuba es un país con una importante población católica, pero también con presencia ortodoxa, si bien su Gobierno es socialista y la mayoría de sus líderes se declararon ateos.
Esto no ha impedido a La Habana cultivar en las últimas dos décadas una muy estrecha relación con la jerarquía católica local y con el Vaticano, vínculos que jugaron un papel importante en el reciente deshielo de las relaciones cubano-estadounidenses.
El diálogo es fundamental para lograr la paz y estos encuentros cristianos son importantes, sobre todo si se dan en territorios que no tienen una carga histórica para los diferentes grupos religiosos, aseguró el sacerdote, que también es director del portal web Carta Obsur.
"Hay naciones más frescas en ese sentido, que no tienen ese lastre tan pesado de ciertas historias, como puede tener Europa o la misma Asia", explicó.
Francisco y Kiril se reúnen este viernes en el aeropuerto de La Habana en un evento catalogado como histórico entre dos líderes cuyas religiones se separaron en el año 1054, cuando se produjo el Gran Cisma del cristianismo.