La doctora Gabriela González, egresada de la Universidad de Córdoba, es la vocera del proyecto del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO).
González, que se fue de la Argentina en 1989, se incorporó al Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT) y al proyecto LIGO desde sus comienzos. "El primer experimento que hice durante mi doctorado ya estaba relacionado con este proyecto", señaló en entrevista con el diario La Nación de la Argentina. "En 2011 me presenté para el puesto de vocera y fui elegida. Cumplí dos períodos y me presenté de nuevo en 2015", agregó.
El 11 de febrero, la doctora González fue la encargada de anunciar la primera detección directa de ondas gravitacionales, un avance gigantesco para la física y para el conocimiento del universo. Este descubrimiento "saldrá en los libros" señaló la científica al presentar el descubrimiento.
"Cuando uno la compara con los modelos que tenemos de las colisiones de agujeros negros, se comporta como esperábamos que hiciera la emisión de ondas gravitacionales en el colapso de dos objetos muy compactos, del orden de 30 veces la masa del sol, dos agujeros negros en colisión a mil millones de años luz, y recibimos la señal en la tierra. Es una detección certera de una onda gravitacional generada por la colisión de dos agujeros negros".
"La teoría de la relatividad general, tal como la veníamos experimentando, estaba clara, pero era una teoría estática, nuestro espacio tiempo estaba quieto. Lo que se ha demostrado es que el espacio tiempo también se modifica y lo que se encuentra es que, cuando se fusionan estos dos agujeros negros hay una alteración del espacio tiempo que se mueve a la velocidad de la luz desde ese lugar y llega a todos lados".
"La energía de la cual se alimenta esa onda gravitacional es parte de la masa de los agujeros negros, un 5% de la masa de los dos agujeros negros, unas tres masas solares, de unos sesenta en total. Esa transformación dura unas fracciones de segundo, lo cual en la energía es uno de los eventos de mayor potencia energética que conocemos, porque en muy poco tiempo se emite una energía extraordinaria. Es el equivalente a la energía que emiten todas las estrellas del universo en ese mismo periodo de tiempo", agregó.
Entre los investigadores argentinos que participaron de este descubrimiento mundial también están Carlos Lousto, profesor en el Instituto Tecnológico de Rochester del estado de Nueva York, doctorado en Física en la Universidad de Buenos Aires y en Astronomía en la Universidad Nacional de La Plata y Mario Díaz, director del Centro de Astronomía de Ondas Gravitacionales de la Universidad de Texas del Valle del Río Grande, graduado en Física en la Universidad Nacional de Córdoba.