Los cuatro mayores fondos, Elliot Management, Aurelius Capital Management, Davidson Kempner Capital Management y Bracebridge Capital, liderados por el magnate y lobista estadounidense Paul Singer, rechazaron la propuesta de Buenos Aires, que implica una quita de 25 por ciento a la suma de más de 9.000 millones de dólares que Argentina debería pagar según un oneroso cálculo de intereses.
Pollack, el negociador nombrado por el juez neoyorquino Thomas Griesa que en 2012 falló a favor de los bonistas, recordó que otros fondos menores, entre ellos Montreux Partners y Dart Management, sí aceptaron la oferta, tal y como lo anunció el viernes 5, pero desde entonces no se han registrado avances.
"Ésta fue una semana de intensa actividad respecto de las negociaciones entre Argentina y sus holdouts (bonistas que no aceptaron las reestructuraciones de deuda argentina de 2005 y 2010)", señaló Pollack en su comunicado.
Según Pollack estos acreedores estarían en principio "en el proceso de intentar alcanzar acuerdos con Argentina".
La oferta del Gobierno de Mauricio Macri tiene dos condiciones: que el acuerdo tenga el aval del Congreso argentina y que los bonistas renuncian a cualquier ulterior reclamo judicial.
La sentencia de Griesa, que quedó firme en 2014, obliga a Argentina a pagar el capital adeudado más intereses punitorios, que elevan el monto total por encima de 9.000 millones de dólares.
Dos de los cuatro fondos que siguen sin aceptar la oferta argentina, NML Capital y Aurelius, lograron en 2012 que Griesa les reconociera una deuda de 1.750 millones de dólares por sus bonos impagos.
Algunos fondos buitre "están apostando más a cobrar un alto interés que a encontrar una solución", dijo este viernes en una entrevista con Radio con Vos, la ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra.
La canciller observó que entre los litigantes hay "gente que hizo una transacción eminentemente financiera, que compró la deuda a un precio vil y que ahora está haciendo una pelea como si el valor de origen hubiera sido del 100 por ciento".
Malcorra afirmó que Argentina disputa contra "un negocio financiero de apuesta fuerte a ganancias grandes, de gente que no tiene nada que ver con la que apostó a la Argentina con sus ahorros y perdió el dinero que perdió".
La ministra se refería a la crisis de 2001, cuando este país se declaró en cese de pagos en medio de la mayor crisis económica y social de su historia reciente.