Serguéi Shoigú, el ministro de Defensa de Rusia, puede ser el heredero del actual presidente, Vladímir Putin, escribe el columnista Andreas Schwander para el periódico suizo Basler Zeitung.
Aunque solo tiene 60 años, su trabajo en el Kremlin inició en los tiempos del colapso de la URSS. Para lograr su puesto, tuvo que recorrer un largo y duro camino. El método de Shoigú consistía en asumir el papel de un hombre tranquilo, valiente y serio, subraya Schwander.
"Ahora los rusos saben que si aparecen los hombres de azul y naranja, todo estará bien", escribe el periodista.
Debido a su carácter, que incluye la prudencia y el entendimiento de la situación presente, el actual jefe del Ministerio de Defensa de Rusia tiene una buena reputación dentro del aparato estatal.
Serguéi Shoigú es partidario de una línea fuerte, pero también sabe relacionarse con las personas. Tenía buenas relaciones con el exministro de Defensa de EEUU, Chuck Hagel. De la misma manera, encuentra puntos de convergencia en las cuestiones sobre Siria con su sucesor, Ashton Carter. Tal persona puede ser muy útil para apelar a la sabiduría de los políticos más duros, asegura el experto.
"Que Serguéi Shoigú siga repitiendo que no tiene ambiciones políticas, no significa la ausencia del poder dentro del espacio político ruso", escribe Schwander.
Serguéi Shoigú está bien posicionado. El trabajo entre los escombros en el Ministerio de Situaciones de Emergencia y como director del Ministerio de Defensa creó una imagen positiva del funcionario para los rusos. "Nadie pudo hacerlo igual", concluye autor.
Actualmente, la popularidad del presidente ruso, Vladímir Putin, permanece en un buen nivel, según los datos de las encuestas realizadas por el Centro Levada, tras dos mandatos presidenciales consecutivos y su desempeño como primer ministro entre 2008 a 2012. Su período presidencial terminará en 2018.