Kaesong, situado en suelo norcoreano a escasos kilómetros de la frontera, era el último proyecto que desarrollaban los dos gobiernos coreanos.
"Los surcoreanos podían aún esta mañana entrar y salir sin problemas del complejo. El Gobierno está intentado retirar a sus nacionales de aquí lo antes posible", dijo un funcionario del Ministerio de Unificación a medios.
La mayoría de los 54.000 trabajadores norcoreanos no acudieron esta mañana a trabajar.
Kaesong es un pilar básico para la estrangulada economía norcoreana y está visto como un símbolo de amistad bilateral, por lo que es habitual que alguno de los dos gobiernos decida su cierre cuando la temperatura sube en la península.
El complejo cobija a 124 compañías surcoreanas que se benefician de los bajos salarios (sobre unos 30 dólares mensuales) que cobran los trabajadores norcoreanos mientras Pyongyang ingresa anualmente unos 100 millones de dólares.
Seúl justificó la cancelación del complejo por creer que los beneficios que consigue Pyongyang de Kaesong van a parar a su programa nuclear.