"La violación de las normas del Tratado y las acciones poco constructivas por parte de Turquía crearon un precedente peligroso de actividad militar no controlada de un Estado miembro del Tratado de Cielos Abiertos", señaló.
Un grupo de inspectores rusos tenía programado llevar a cabo del 1 al 5 de febrero de 2016 un vuelo de observación en territorio de Turquía, en el marco del Tratado de Cielos Abiertos, que entró en vigor en 2002 y cuenta con 34 Estados miembros.
Sin embargo, tras la llegada de la misión rusa y el anuncio de la ruta del vuelo, los militares turcos no autorizaron la inspección, alegando una instrucción de la Cancillería del país.