Marcelo Elizondo, director de la Desarrolladora de Negocios Internacionales (DNI), uno de los principales especialistas en comercio exterior en la Argentina, dijo a Sputnik Mundo que, en su manera de ver, las relaciones comerciales de Rusia con la Argentina no solo no van a disminuir sino que se van a intensificar.
Para Elizondo, el nuevo gobierno va a “incrementar el contenido del vínculo, y no dejarlo solamente en temas estratégicos de mero interés del gobierno, o sea, incorporar mayores intereses del sector privado”.
Según el experto, el interés sería “avanzar en todos los vínculos económicos: la Argentina podría ser un mayor proveedor de Rusia en alimentos como carnes procesadas, vinos y derivados de fruta, y a la vez, podría ser un importador de tecnología de Rusia en actividades como energética, combustibles y petróleo. Allí tenemos una posibilidad de incrementar la relación bilateral. Que esto ocurra, no solo depende del gobierno, sino de las empresas, que se asocien, que se presten a proyecciones de mediano y largo plazo”, agregó.
Sobre los problemas que puede ocasionar la devaluación del rublo, Elizondo cree que esta no es una cuestión privativa de Rusia, pues hay devaluaciones en todo el mundo. “En la mayoría de los países que son destino de exportaciones argentinas ha habido ajustes cambiarios. En América Latina, donde el país dirige un 45% de sus exportaciones, la mayoría de las monedas se ha devaluado más que el peso. Por eso, la devaluación del rublo no es una noticia excepcional".
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El obstáculo, para Elizondo, está en la Argentina, porque las empresas tienen que “generar competitividad atendiendo a que hay un debilitamiento de la mayoría de las monedas del mundo en relación con el dólar, y no pensar solamente en los procesos devaluatorios de un mercado en particular”.
Durante el gobierno de Cristina Kirchner (2007-2015), los dos países tuvieron una estrecha relación, tras las visitas oficiales de la presidenta argentina a Moscú en 2012 y 2015, y la visita del presidente Vladimir Putin a Buenos Aires en 2014, en las cuales se firmaron una serie de acuerdos de cooperación.
El nuevo gobierno anunció que revisaría los contratos firmados con Rusia y China para la construcción de tres centrales nucleares, una con tecnología rusa y dos con tecnología china.
Distinto es el caso de la hidroeléctrica Chihuido I en la provincia de Neuquén, que ya fue adjudicada al grupo liderado por la empresa Helport del empresario argentino Eduardo Eurnekian, en el cual participan las compañías rusas Inter Rao y Power Machines, subcontratistas para el suministro de los equipos. El anterior gobierno negoció un crédito para financiar el 85% de la obra por parte del Banco de Desarrollo y Comercio Exterior de Rusia (Vnesheconombank).
En la charla telefónica de Macri con el presidente Putin del 16 de diciembre, cuando lo llamó para saludarlo por su asunción, los presidentes "coincidieron en expandir y diversificar el comercio bilateral, y que la Argentina sea un proveedor confiable de alimentos", según el comunicado de la Cancillería argentina, en momentos en que Rusia sufre las sanciones occidentales. En el sitio oficial del Kremlin por Twitter, se destacó la disposición de desarrollar “una asociación estratégica duradera entre Rusia y la Argentina”.