"El incremento drástico de los delitos contra los centros de acogida es motivo de una gran preocupación", declaró el jefe de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA), Holger Münch, al semanario Der Spiegel en su edición digital.
Hasta 901 de los ataques cometidos en 2015 tuvieron una motivación ultraderechista, y unos 92 fueron incendios intencionados.
"Estos actos deben ser consecuentemente perseguidos y castigados", dijo Münch, quien también se refirió a los mensajes que circulan por las redes sociales, que calificó de "terreno propicio para la xenofobia y el odio al otro".
El jefe de la BKA también alertó que la violencia podría trasladarse pronto a los propios refugiados.
Alemania recibió en 2015 cerca de 1,1 millones de refugiados.