Más de dos tercios de estos 168 países obtuvieron una puntuación inferior a 50, en una escala de 0 (percepción de altos niveles de corrupción) a 100 (percepción de ínfimos niveles de corrupción).
Dinamarca ocupa el primer lugar por segundo año consecutivo, mientras que Corea del Norte y Somalia muestran el peor resultado, con apenas 8 puntos cada uno.
España ha vuelto a perder puntos y se sitúa ahora con 58/100.
Con ello pierde dos puntos con respecto al IPC 2014 (que era de 60); la puntuación que recibió en 2013 fue de 59, con una bajada muy fuerte, por ello, tras observar los datos de 2014, se preveía que continuara la mejora, pero los datos de 2015 no lo expresan.
Para Manuel Villoria, miembro del comité ejecutivo de Transparencia Internacional, España no está inscrita en el llamado sistema de "corrupción sistémica" —en el que policías, médicos y profesores aceptan sobornos-, pero alerta de que la corrupción en la contratación pública desde entes instrumentales está "bastante generalizada".
El resultado "catastrófico" de España en este informe no significa, sin embargo, que la corrupción haya aumentado en 2015, sino que los datos son "más rigurosos" y beben de "más fuentes de información" que hace años, han explicado los responsables del informe.
Según Transparencia Internacional, "las razones de este descenso en los tres últimos años son complejas; por una parte, los sistemas de control se han mostrado más eficaces y han venido aflorando muy numerosos casos de corrupción".
Por otra parte, también destaca que "las denuncias de los medios de comunicación y el relevante eco social y atención prestada a los casos ahora aflorados han influido intensamente en la percepción ciudadana, generando un estado general de indignación".