"Vamos a proponer que una comisión investigue este hecho que ha sacudido a la opinión pública", dijo Borges antes de que el bloque opositor aprobara debatir la conformación de una comisión parlamentaria de investigación.
Un vídeo viral en las redes sociales mostró a una veintena de presos que el lunes subieron al techo de la cárcel San Antonio, en la caribeña isla de Margarita, para rendir tributo a su líder asesinado con ráfagas al aire de sus armas automáticas.
El fallecido, "pran" o jefe de la banda que supuestamente controla la cárcel, era Teófilo Cazorla, alias "Conejo", quien disfrutaba de libertad condicional en la isla y fue baleado el domingo por desconocidos cuando salía de un centro nocturno junto a varios guardaespaldas.
Cuando el cortejo avanzaba por la principal ciudad de la isla, Porlamar, un motorista gritó "Al fin te mataron", y de inmediato desde varios autos surgieron individuos que abrieron fuego contra el hombre y le dieron muerte, según informes de prensa local.
Varias vías se cerraron para permitir a los centenares de acompañantes llevar a Cazorla al cementerio.
Cazorla estuvo recluido durante 10 años en San Antonio, sentenciado por tráfico de drogas y delitos conexos, donde supuestamente gozó de privilegios como disponer de piscinas, organizar espectáculos y competencias deportivas y, sobre todo, guardar el penal con sus armas, provistas además de cuantiosa munición.
En Venezuela hay unos 55.000 presos en 32 cárceles, y son generalizadas las denuncias de que reclusos ejercen control interno de los penales y poseen armas de fuego y granadas.