El asesor enumeró los posibles desenlaces de la situación en el sureste del país —la congelación del conflicto o reanudación de las hostilidades— y concluyó que "en ambos casos perdemos las zonas ocupadas (de Donetsk y Lugansk, que Kiev considera ocupadas por Rusia) para siempre".
Tanto las autoridades ucranianas como EEUU y la UE culparon repetidamente a Rusia de intervenir en el conflicto en Donbás, Moscú lo niega y ha declarado en múltiples ocasiones que no es parte del conflicto y que está interesado en que Ucrania supere la crisis política y económica.
La crisis comenzó en abril de 2014, cuando Kiev lanzó una operación militar en las provincias de Donetsk y Lugansk para ahogar los focos de indignación por el cambio de poder violento ocurrido en el país en febrero de ese mismo año.
Las hostilidades dejaron más de 9.000 muertos y unos 20.700 heridos, según las estimaciones de la ONU.
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El arreglo de la crisis en Donbás se debate, en particular, en el marco del Grupo de Contacto de Minsk, que desde septiembre de 2014 aprobó varios documentos que reglamentan los pasos para lograr una distensión.
Pese a la tregua proclamada se abre fuego por ambas partes.