“Esto podría ser el punto de no retorno para Daesh; vamos a enterrar a Daesh”, declaró el mandatario.
El EI no es un “fenómeno afgano”, subrayó, y las atrocidades del grupo yihadista, prohibido en Rusia y otros países, han convertido a los afganos en sus enemigos.
“Los afganos están motivados ahora por la venganza. (Daesh) se ha enfrentado a la gente equivocada”, enfatizó, al abogar por la lucha contra el EI a nivel regional e internacional.
En la misma entrevista, Ghani advirtió que el conflicto entre el Gobierno afgano y el movimiento radical Talibán se agravará si las negociaciones, interrumpidas desde finales de julio, no se retoman antes del próximo abril.
“El tiempo no espera. Todos comprendemos que los meses de febrero y marzo son muy importantes”, destacó.
El líder afgano también señaló que el vecino Pakistán debería mostrarse más activo en la lucha contra grupos de talibanes que rechazaron el diálogo de paz.
Tras hacerse con el control de muchas zonas rurales de Afganistán, Talibán lanzó una ofensiva contra grandes ciudades.
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A finales de septiembre, los insurgentes tomaron Kunduz, en el norte del país y con una población de más de 300.000 habitantes en los tiempos de paz, y en estos momentos atacan Gazni, capital de la provincia homónima al suroeste de Kabul.
En tres provincias afganas, los talibanes compiten por el control con los yihadistas de Daesh, presentes en el país desde hace algún tiempo, dijo a RIA Novosti el representante de la ONU en Afganistán, Nicholas Haysom.