Le sigue el socialista António Sampaio da Nóvoa, exrector de la Universidad de Lisboa, que obtiene un 21,56 por ciento de los votos.
En tercera posición se encuentra Marisa Matías, eurodiputada y vicepresidenta del Partido de la Izquierda Europea. La candidata del Bloco de Esquerda obtuvo un 9,85 por ciento de los apoyos, más que lo que auguraban las encuestas.
De Sousa gobernará durante cinco años y sucederá al conservador Aníbal Cavaco Silva, que ya cumplió diez años en el cargo, el tiempo máximo que permite la ley.
Su objetivo era superar el 50 por ciento de los votos, para evitar la segunda vuelta entre los más votados.
Rebelo de Sousa, pese a ser militante del PSD, se presentó como independiente, aunque con el apoyo de las formaciones conservadoras.
Desde hace años no ocupa ningún cargo político y se dedica a su cátedra de Derecho en la Universidad de Lisboa.
El próximo presidente de Portugal también administra la Fundación de la Casa de Braganza y acude a un programa de televisión como analista político y tertuliano, por lo que es popular en el país.
Marisa Matías, la más joven de los 10 candidatos, fue otra de las grandes sorpresas de la noche, superando las predicciones de los sondeos y a la también socialista Maria de Belém Roseira, que finalmente se quedó en cuarto lugar con un 4,28 por ciento de los apoyos.
La candidatura de Matías fue al alza en las últimas semanas de campaña. Conocidos personajes de la izquierda europea le mostraron su apoyo e incluso el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se desplazó hasta Lisboa para apoyarla en un acto.
El candidato comunista, Edgar Silva, se situó en quinto lugar con un 3,93 por ciento de los apoyos.
La participación ha sido especialmente baja, un 48 por ciento, bajando el umbral del 50 por ciento.
Gobierno progresista
Tras las últimas elecciones generales, celebradas en octubre, la izquierda portuguesa consiguió llegar al Ejecutivo.
Los socialistas liderados por António Costa consiguieron formar Gobierno con el apoyo del Bloco de Esquerda y del Partido Comunista (PC), un apoyo que en más de 40 años nunca se había producido debido a las grandes diferencias ideológicas.
No obstante, Rabelo de Sousa ha prometido dialogar con todos, unir, arbitrar y dar estabilidad al sistema político, no realizar grandes cambios, referendos o convocar elecciones anticipadas.
"El presidente debe actuar como un árbitro de fútbol y llevar el silbato con la predisposición de únicamente utilizarlo cuando es verdaderamente necesario", apuntó el candidato.
En Portugal, el Jefe del Estado tiene más competencias que en otras democracias europeas. En el país luso, pueden vetar leyes, convocar elecciones y hasta disolver el Parlamento.
El ganador de estas elecciones será el séptimo presidente de Portugal tras la Revolución de los Claveles.