Medios checos, polacos y rusos ya informaron sobre el desarrollo de un proyecto en el marco de la organización "Placer sin riesgo" (en checo: Rozkoš bez rizika).
La meta de la empresa es eliminar el tabú en el ámbito sexual para los minusválidos.
El asesor de los asuntos sexuales para personas inválidas y tutor para trabajadores de servicios sociales, Petr Eisner, opinó que la gente percibe la sexualidad de personas con incapacidades físicas como algo "escandaloso, anormal o perverso".
"La persona minusválida a menudo está vista como un objeto, animal, como niño crónico/persona infantil", dijo el experto en una entrevista al diario Blesk.cz
Milan Langer, que sufre parálisis desde la infancia, en declaraciones a telecadena polaca TVN24 sostuvo que las "necesidades sexuales de los minusválidos pueden ser un problema para sus parientes; pero hay que reconocer dichas necesidades y no deben estar prohibidas."
Hoy en día hay cinco asistentes sexuales en República Checa; todas superaron los estudios en los campos de la medicina y psicología, organizados por "Placer sin riesgo".
Los representantes del grupo y las chicas subrayaron que no se trata de prostitución, que a propósito es legal en el país, sino de una nueva forma de contención a los inválidos. Se supone que una asistente sexual tendrá derechos, como fijar la cantidad de servicios basándose en particularidades de cada persona con incapacidades.
"Para ellos es ayuda psicológica", mantiene Lucie Šídová de "Placer sin riesgo" en una entrevista a TVN24. "No es siempre cuestión de sexo. Lo más importante es enseñarle al paciente a satisfacer sus necesidades, aceptarse a sí mismo como es y a su cuerpo."
Los servicios son pagos y cuestan alrededor de 45 euros. Las asistentes podrán trabajar solo al cumplir todos los requisitos, por ejemplo, necesitarán un certificado de actividades empresariales.