En diciembre del año pasado, las importaciones netas de hidrocarburos sumaron 284 millones de dólares en compras al exterior, indica el reporte de la petrolera estatal.
El balance comercial en todo 2015 de casi 600 millones de dólares de ventas representa apenas el 5 por ciento de la balanza energética de 2014, cuando la balanza petrolera fue a favor de las exportaciones de hidrocarburos por 12.801 millones de dólares.
Las exportaciones petroleras totales ascendieron a 18.524 millones de dólares en 2015, casi la mitad menos que en 2014 (48 por ciento) cuando ingresaron 35.638 millones de dólares en ventas por los envíos de crudo al exterior.
En cuanto a las exportaciones de crudo, Pemex dejó de ganar en el año 2015 un total de 17.114 millones de dólares comparado con 2014.
El precio promedio de exportación anual de la mezcla mexicana cayó 50 por ciento al pasar de 86 dólares por barril a 43 dólares en el promedio 2015 contra 2014.
México produce alrededor de 2,25 millones de barriles diarios, exporta la mitad del crudo pero compra en el exterior poco más de la mitad de las gasolinas que consume e importa gas de EEUU.
El impacto de los precios en Pemex
El colapso de precios del petróleo detonó la crisis por la que atraviesa Pemex, si bien sus causas son de más largo plazo por “acciones equivocadas” y decisiones que no se tomaron oportunamente, afirma Lajous en un análisis publicado en la edición de enero de la revista mensual Nexos.
La crisis no era inevitable, considera el investigador petrolero: “si bien la caída de precios del petróleo no pudo preverse, hubo muchos síntomas de problemas profundos que fueron ignorados e, incluso, negados”. Dice Lajous, quien ahora es investigador en el Centro sobre Política Energética Global de la Universidad de Columbia.
“Ahora, a año y medio de que se inició la baja de precios, la empresa todavía carece de un plan efectivo de acción inmediata que permita administrar la crisis, reducir el daño que ha hecho y, de alguna manera, aprovecharla constructivamente”, dice Lajous.
En los últimos tres años, todos los principales indicadores de Pemex han tendido a la baja, señala: “las reservas probadas y probables de hidrocarburos han disminuido y la producción de crudo ha caído año con año, al igual que la producción neta de gas natural”.
Pemex ha procesado un menor volumen de crudo en sus refinerías y se redujo la elaboración de gasolina, diesel y gas licuado, aumentando las importaciones de refinados.
Por otra parte, las principales líneas de negocios de Pemex arrojaron pérdidas crecientes, al aumentar costos y disminuir ingresos: “en 2015, todas las divisiones de Pemex tuvieron pérdidas, incluso la de exploración y producción”.
En efecto, el 24 de noviembre de 2015 la calificadora de riesgos financieros Moody’s consideró que los indicadores crediticios de Pemex “continuarán deteriorándose a corto y mediano plazos”, por los precios del petróleo deprimidos, la baja producción, los impuestos elevados y la inversión financiada con endeudamiento.
Actualmente los precios han caído por la sobreoferta de casi 2 millones de barriles diarios estimulada por Arabia Saudita, y tal vez sea tiempo de examinar la Alianza Trinacional petrolera convocada por Lajous, cuando era director de Pemex, dijo a Sputnik Nóvosti el experto Alexis Juárez Cao, del Centro de Estudios de Energía del Tecnológico de Monterrey.
En 1998 tres países acordaron que se redujera de manera conjunta 600.000 barriles, que se distribuyeron 300.000 por Arabia, 200.000 por Venezuela y 100.000 a México, posteriormente la minialianza asistió a la reunión de la OPEP que se sumó históricamente a la propuesta.
La OPEP volvió a reunirse y acordó un retiro de 1,7 millones de barriles diarios que logró duplicar el precio.
Pero a la larga, a pesar de los recortes adicionales impulsado por la triada de países, el crudo siguió bajo, la mezcla mexicana llegó a los 8,80 dólares y el precio solo volvió a subir un poco con el bombardeo de EEUU a Irak, recuerda el académico.
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“La realidad ha cambiado 18 años después, Venezuela llama a acuerdos sin éxito, México busca relanzar su producción, los saudíes quieren sacar del negocio a los productores de esquisto en EEUU, que se prepara a exportar, y miran con recelo el retorno a los mercados de sus rivales iraníes”, puntualiza Juárez Cao.