Entre ellos, el exgerente de servicios de Petrobras, Pedro Barusco, uno de los principales delatores de la Operación Lava Jato, podría aportar interesantes datos al proceso ya que durante sus confesiones pactadas con el Ministerio Público de Río de Janeiro declaró haber recibido 21 millones de dólares por parte de los representantes de la SBM en Brasil, Julio Faerman y Luís Eduardo Campos.
Cabe recordar que la propia empresa SBM Offshore reconoció ante la Justicia de Holanda el pago de al menos 139,1 millones de dólares en sobornos en Brasil, un total 250 millones en el exterior, todo un escándalo para una de las mayores empresas de alquiler de plataformas petrolíferas del mundo con negocios salpicados por las irregularidad en otros países como Guinea Ecuatorial y Angola.
Al parecer, el propio expresidente y líder histórico del Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB), Fernando Henrique Cardoso, reconoció en un reciente libro "Diarios de la Presidencia" que fue alertado en 1996 por el periodista Paulo Francis sobre los negocios irregulares en torno a la petrolera pero que no tomó ninguna acción para evitarla.
Una cuestión que pone en evidencia el cinismo del expresidente al acusar al también expresidente Luiz Inacio Lula da Silva de haber iniciado la decadencia de la mayor compañía del país, algo que fue denunciado de manera abierta por el exgobernador del Partido de los Trabajadores (PT), Tarso Genro: "Las denuncias de delatores contra Dilma y Lula solo buscaban que la gente olvide las denuncias contra Fernando Henrique Cardoso".