Corea del Sur restringió parcialmente el pasado 7 de enero el ingreso de sus ciudadanos a la zona industrial de Kaesong, un día después de que Pyongyang anunciara el ensayo de una bomba de hidrógeno para defender su soberanía ante las amenazas de EEUU.
"Ahora depende de Corea del Norte si se requerirán medidas adicionales", dijo Park Geun-hye en una rueda de prensa.
La mandataria subrayó que "lo más importante es garantizar la seguridad de los ciudadanos surcoreanos que trabajan en este complejo".
"Nuestro Gobierno seguirá la situación en Corea del Norte y tomará las medidas que hagan falta", remarcó.
A día de hoy en el complejo industrial de Kaesong, que empezó a funcionar en 2004, operan 124 empresas surcoreanas que pagan salarios mínimos de 70,35 dólares mensuales a unos 53.000 trabajadores norcoreanos.