Ambos dirigentes conservadores compartieron una conferencia de prensa en Budapest tras un encuentro privado, que giró en torno a la renegociación de los términos de la adhesión de Londres al club de Bruselas.
Orban resaltó que los húngaros “no somos migrantes en Reino Unido, sino ciudadanos de un Estado de la UE que pueden obtener trabajo libremente en cualquier lugar” del espacio comunitario.
“No queremos ser parásitos, queremos trabajar en Reino Unido y creo que trabajamos bien”, sostuvo frente a su invitado británico.
De acuerdo con el jefe del Gobierno de Budapest, unos 55.000 húngaros tienen empleo en Reino Unido y “juntos pagan más en contribuciones e impuestos que los subsidios que reciben”.
“Pertenecemos al mundo de los trabajadores justos”, añadió emulando la retórica del Ejecutivo tory.
Cameron busca apoyos a su ambición de abolir ayudas estatales a trabajadores de la UE en los cuatro primeros años de su residencia en Reino Unido.
Esta demanda choca con el principio de indiscriminación entre nacionales y resto de ciudadanos del bloque de los Veintiocho.
Orban señaló sin embargo que el grupo Visegrad (Hungría, República Checa, Eslovenia y Polonia) está dispuesto a colaborar con Cameron en busca de una solución al dilema.