A pesar de que las ventas experimentaron una evidente mejoría en el mes de diciembre, con una matriculación de 227.300 vehículos o un 16,4 por ciento mayor que el mes de noviembre, el alto precio del dólar norteamericano produjo una elevación de los precios de muchos de los componentes importados en los vehículos, lo que unido a una inflación de un 10,7%, encareció fuertemente el precio de los vehículos nuevos.
El aumento de los precios, sumado al endeudamiento de las familias brasileñas, provocó una caída drástica de las ventas y, consecuentemente, despidos masivos en el sector automovilístico del país, que acabó con 28.000 puestos de trabajo, un dato que no tiene en cuenta la industria de accesorios automovilísticos, y 35.600 trabajadores incluidos en el Programa de Protección al Empleo (PPE) puesto en marcha por el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).
Ya en cuanto a las previsiones para 2016, los especialistas en el sector descartan que la matriculación de vehículos en Brasil superará los 2,2 millones y serán necesarios varios años para recuperar el volumen de ventas de 3,8 millones alcanzado en el año 2012, cuando Brasil lideraba ampliamente el mercado del automóvil en América Latina.
Según la Organización Internacional de Constructores de Automóviles(OICA), México superó a Brasil como el mayor fabricante de vehículos de América Latina en 2014 al alcanzar los 3,36 millones de automóviles fabricados por los 3,14 millones del primero, en un año en el que el gigante amazónico perdió un 15 por ciento de sus ventas, situándose apenas como el octavo productor mundial seguido de cerca por España.
De hecho, la caída de 2015 fue tan acentuada que las previsiones que la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos de Brasil (ANFAVEA) presentó a principios de 2015, las cuales apuntaban a una producción de 3,27 millones de vehículos el año pasado, quedaron 700.000 vehículos por encima del valor alcanzado confirmando un "año negro" para el sector automovilístico, que podría necesitar un lustro para recuperar los niveles de producción de 2012.