Como un adelanto de lo que podría ser la política del nuevo gobierno de Mauricio Macri frente al tema, agregó que “no siempre se logra lo máximo endureciendo totalmente las posiciones”, aunque aclaró que “eso no quiere decir que uno vaya a ceder en los principios”.
“Vamos a ser evolucionarios, no revolucionarios”, agregó, señalando que si bien el nuevo gobierno trabajará sobre la Constitución, que establece la soberanía argentina sobre las islas, “vamos a integrar el conflicto con una perspectiva un poco más amplia”, y que “hay que ver el tema Malvinas en el contexto del Atlántico Sur”.
La cuestión de las Malvinas es uno de los ejes de la política exterior argentina. Las islas, ubicadas en la plataforma continental de América del Sur en el mar Argentino, a menos de 400 kilómetros de la costa, fueron ocupadas en 1833 por los ingleses.
En 1982, durante el gobierno militar, la Argentina recuperó las Malvinas pero Gran Bretaña, gobernada por la primer ministro Margaret Thatcher (1979-1990), inició una intensa guerra, que contó con el apoyo de Estados Unidos, y derrotó a las fuerzas argentinas, que se rindieron el 14 de junio, al costo de 649 soldados muertos en combate.
La Constitución argentina de 1994 incluyó una disposición transitoria que dice: “La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional.
La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.