Mas, un nacionalista moderado, necesita dos votos para poder formar gobierno, pero ese apoyo sólo puede salir de la formación radical independentista CUP.
La CUP, sin embargo, basó su campaña electoral en el veto a Mas por su política de recortes que ha impuesto desde su Gobierno.
Junts pel Sí se niega a retirar su candidatura.
Tres meses después de los comicios que ganaron los independentistas en escaños, pero no en votos, la organización asamblearia tiene que votar cuatro propuestas.
La propuesta de acuerdo de los nacionalistas moderados incluye un plan de choque y la investidura de Mas en una presidencia coral para un periodo transitorio de 18 meses hacia la ruptura con España.
El documento, de 63 páginas, "se ha hecho trabajando con la CUP, pero no es un texto acordado con la CUP, porque la CUP tiene que trabajarlo en sus ámbitos respectivos", explicó el excomunista Raül Romeva el pasado 22 de diciembre cuando presentó la propuesta.
El preacuerdo incluye un plan de choque con partida presupuestaria para luchar contra "la pobreza infantil, la pobreza energética" y frenar los desalojos de primeras residencias. El documento prevé dedicar 270 millones de euros a este apartado, cantidad que tanto la CUP como las organizaciones sociales ven escasa.
El resultado de la asamblea es muy incierto y los asambleístas acuden a la reunión profundamente divididos.
La asamblea se desarrolla puerta cerrada y la primera votación es si se vota en secreto o a mano alzada.
Fuentes de la CUP, que obtuvo diez diputados y quedó como sexta fuerza en el Parlamento región, han admitido esta semana que no será fácil gestionar el resultado de la votación de hoy, sobre todo porque pueden verse abocados a una fractura interna.