"Por supuesto, ningún armamento se admite al servicio por el Ministerio de Defensa ruso sin pasar las pruebas; según lo planteado por el ministro (de Defensa, Serguéi) Shoigú para el año 2016 todas las brigadas de misiles de las tropas terrestres rusas deben recibir sistemas de misiles tácticos Iskander-M", dijo.
Según Korótchenko, la tarea de modernizar los arsenales de las Fuerzas de Misiles rusas se consigue "incorporando nuevos tipos de misiles aerobalísticos al conjunto de las capacidades destructivas", algo que permite optar por la manera más adecuada de destruir los blancos en función de la protección que tienen.
Al reconocer que el Ministerio de Defensa ruso y las empresas del sector militar ocultan las características de las nuevas armas para privar al enemigo potencial de la posibilidad de responder, Korótchenko afirmó que el nuevo misil balístico permitirá a Iskander-M "cumplir las mismas tareas que antes pero con más eficacia y será invulnerable para el enemigo".