Destaca que "el 2015 es un año de fracaso para el sector turístico turco; el agravamiento de las relaciones con Rusia ya provocó una reducción del 20 por ciento de la entrada de turistas rusos".
Previamente, el ministro turco de Cultura y Turismo, Mahir Unal, anunció que su país no quiere perder el flujo turístico desde Rusia.
Según la nota, Turquía recibió el año pasado más de 4,38 millones de visitantes rusos.
Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que cazas turcos derribaran el 24 de noviembre un bombardero ruso Su-24 en el espacio aéreo sirio.
Tras el derribo del avión, calificado por el presidente ruso Vladímir Putin como una "puñalada por la espalda", Moscú impuso sanciones económicas y comerciales a Turquía, además de prohibir los vuelos chárter y las ventas de paquetes turísticos.
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El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, aseguró a su vez que no ve nada bueno en el cierre temporal de Egipto y Turquía para los turistas rusos, pero resaltó que se trata de una "cuestión de seguridad para nuestros ciudadanos".