Japón y EEUU anunciaron que devolverán en 2017 a los habitantes de Okinawa 4 de las 481 hectáreas que ocupa el aeródromo de la base de Futenma que se encuentra en la parte céntrica de la ciudad de Gimowan rodeado de edificios residenciales, escuelas y hospitales, por lo que se considera la más peligrosa instalación militar de EEUU en la isla.
Anteriormente, las autoridades centrales de Japón acordaron con EEUU trasladar Futenma al norte de Okinawa, hacia la localidad de Henoko, donde ya se encuentra la base militar Camp Schwab, y decidieron construir allí un nuevo aeródromo.
Pero la administración de Okinawa, con el gobernador Takeshi Onaga a la cabeza, se opuso a este plan y anuló la disposición anterior de asignar terreno para el traslado de Futenma, entonces el Gobierno central apeló a los tribunales para eliminar las trabas que le oponen las autoridades de la isla.
Onaga durante su campaña electoral prometió hace unos años conseguir la anulación de este plan aprobado por su antecesor, Hirokazu Nakaima.
Okinawa ocupa solo el 0,6 por ciento del territorio nacional, pero en la isla se encuentra el 74 por ciento de las instalaciones militares de EEUU.
Según datos de la administración de la prefectura de Okinawa, en su territorio están acuartelados 25.800 militares y 19.000 civiles de EEUU.