El pasado agosto, el renminbi fue la segunda monenda más usada en los intercambios comerciales, según el sistema de pagos Swift. Ese mes, el 2,79% de las transacciones de todo el mundo se hicieron en yuanes superando así al yen, que llegó al 2,76%. Un salto de gigante si se considera que hace sólo tres años, en agosto de 2012, apenas el 0,84% de los negocios se hicieron en la divisa china.
Por otra parte, hay quienes temen que la presencia del yuan en la cesta de divisas de reserva pueda entrañar riesgos para la moneda china. Entre ellos, se señala una posible fuga de capitales capaz de afectar gravemente la dinámica del curso y la estabilidad del sistema financiero en su conjunto. Pero el economista Luis Palma Cané aclara que no ve ninguna relación entre el hecho de que el yuan sea convertible, y una posible fuga de capitales.
Palma Cané opina que debe haber un flujo de capitales que compran yuanes, y que en la medida que el yuan tenga una mayor tasa de interés, cuando sea convertible, estarán mucho más amparados en el mercado internacional, pues hoy por hoy el mercado de yuanes se limita al mercado de Hong Kong.
Como consecuencia, cuando entre en la convertibilidad el yuan se comercializará en los principales mercados cambiarios del mundo. Tan es así que el mercado de Londres ya está emitiendo bonos soberanos en yuanes, de modo que cuando ingrese en la convertibilidad, va a ser muy positivo.