
"Es un intento de arrojar sombra sobre nuestra política en materia del control de armas y, a la vez, desviar la atención de EEUU que interpreta de forma muy arbitraria las cláusulas del Tratado INF cuando éstas obstruyen el desarrollo de armamento importante para Washington", indica Exteriores.
Entre los armamentos estadounidenses prohibidos, la Cancillería rusa enumeró las lanzaderas Mk-41 que el Pentágono está desplegando en Rumanía, los cohetes-blanco que poseen características de misiles de corto y mediano alcance, así como los drones de asalto.
"Hemos pedido reiteradamente a nuestros socios estadounidenses que renuncien a su política de 'altavoces' en el debate de los temas complicados del tratado y que pasen a un diálogo profesional a nivel de expertos (…), pero vemos que los estadounidenses prefieren insistir en sus acusaciones infundadas y evitar el debate de temas que no son de su agrado", advierte la nota.
La Cancillería expresa su preocupación porque EEUU comienza a utilizar esas acusaciones falsas como justificación de una "reacción compleja", la cual incluye programas bélicos que contemplan la modernización de sus armas nucleares y el aumento de su presencia militar cerca de las fronteras de Rusia.
"Quisiéramos recordar otra vez que el balón se encuentra actualmente en el campo de la OTAN y no en el nuestro; presentar la situación de esa forma es tergiversar nuevamente la verdad", concluye la nota.