"Tras la tragedia (con el Su-24) mantuvimos la puerta abierta durante cuatro días sin recibir siquiera alguna explicación comprensible. Me temo que ya se haya pasado el punto de no retorno", dijo a RIA Novosti.
Anteriormente, el Kremlin anunció que Putin firmó un decreto que, en particular, prohíbe vuelos chárter entre los dos países, prohíbe a personas jurídicas rusas contratar nacionales de Turquía a partir del 1 de enero de 2016 y ordena prohibir o restringir las actividades de organizaciones bajo jurisdicción turca en Rusia y restringir la importación de ciertos artículos turcos.
Según Klintsévich, el decreto de Putin es una respuesta a las "lamentaciones expresadas por el presidente de Turquía (Recep Tayyip Erdogan) en relación con el avión ruso Su-24" derribado el martes por cazas turcos sobre Siria, junto a la frontera del país otomano.