Pero los demás, los que apenas logramos imaginar una milésima del dolor, de alguna manera también nos convertimos en rehenes del terror. Somos todos, parte de esos daños colaterales que trae el absurdo de guerras y bombas que no deberían ser, porque en el fondo, ninguna guerra debería ser.
"La experiencia nos demuestra que la violencia, los conflictos y el terrorismo se alimentan del miedo, la desconfianza y la desesperación, que tienen su origen en la pobreza y la frustración", dijo el papa Francisco en su primer discurso de su gira por Kenia y otros países africanos.
Según el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, el crecimiento del PIB mundial podría ralentizarse en la situación actual por las afectaciones al sector turístico, especialmente tras la caída del Airbus A321 en Egipto y el derribo del Su-24 en Siria.
"Por regla general, tras semejantes sucesos cae la actividad consumidora y también reacciona el comercio", dijo Siluánov.
A pocas horas de los atentados en París comenzó a notarse una afectación importante al turismo y el transporte aéreo europeo, producto de la incertidumbre provocada por los lamentables sucesos y los estados de alerta posteriores en los principales países de la Unión Europea.
Según datos oficiales del gremio hotelero de Francia, los grandes hoteles han sufrido la anulación del 50% de sus reservas en este tiempo, una tragedia para el país que desde hace años ocupa el lugar de primer destino turístico del mundo por número de turistas, con algo más de 83 millones recibidos en 2013.
Tema: Amenaza terrorista en Europa
Otros países también han notado ya el bajón en sus ingresos, como Egipto, que calcula en 500 millones de dólares el perjuicio directo por la suspensión de vuelos, solo en el próximo invierno, según la Asociación de Cámaras de Turismo de Egipto (ACTE). En un año, la cifra de pérdidas podría llegar hasta los 2.000 millones de dólares.
Sólo la eficacia de las medidas que se adopten para enfrentar la amenaza terrorista y más allá, la solución de sus causas, pueden revertir este proceso y detener la espiral violenta. Tarea nada fácil la que tienen Rusia y sobre todo, los países occidentales, que parecen más implicados en dirimir sus diferencias internas que en combatir un mal que puede destruir la humanidad.
"En última instancia, la lucha contra estos enemigos de la paz y la prosperidad debe ser llevada a cabo por hombres y mujeres que crean en ella sin temor", dijo el Papa Francisco mientras recorre varios países africanos amenazados por el terrorismo, sin más protección que su fe, en dios o en la gente. Mientras tanto, nosotros, la gente común, no podemos permitir que el miedo nos gane la batalla.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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