El dirigente del Partido Democrático Unionista (DUP, en sus siglas en inglés) puso fin a los rumores sobre su futuro político y confirmó que no intentará renovar su cargo ministerial en las elecciones autonómicas del próximo mayo.
La salida de Robinson deja a la actual consejera y, a efectos prácticos, número dos de la principal fuerza política protestante como favorita a dirigir el autogobierno, que el DUP comparte con los republicanos de Sinn Fein.
De confirmarse las previsiones, Arlene será la primera mujer que accede a la jefatura del gobierno en esta provincia británica tradicionalmente dominada por los varones.
La consejera unionista, con escaño en el parlamento de Belfast desde 2003, ha sustituido en dos ocasiones a Robinson como ministra principal del Ulster.
El líder del DUP se retiró temporalmente en 2010 a consecuencia de un escándalo extramarital de su mujer y este setiembre "se apartó" del Ejecutivo en medio de una crisis política con Sinn Fein agudizada por las sospechas policiales de que el IRA estaba involucrado en un asesinato.
Robinson sufrió un ataque de corazón el pasado mayo y está en el centro de alegaciones sobre una dudosa transacción económica, sobre la que niega cualquier responsabilidad.
Pero, según dijo este jueves, ni la salud ni la investigación sobre este caso de posible tráfico de influencias han motivado su retirada de la primera línea del poder político en el Ulster.
El anuncio de Robinson se produce días después de la firma de un acuerdo que desactiva, al menos temporalmente, la crisis en torno al IRA y los recortes presupuestarios que amenazaba con hundir la autonomía norirlandesa.
El documento, que ratificaron los gobiernos de Londres y Dublín y los dos principales partidos, exige a los políticos de Irlanda del Norte el cumplimiento de una serie de principios para eliminar su dependencia de los grupos paramilitares y trabajar para lograr su disolución.
Una comisión especial elaborará un plan para su desmantelamiento definitivo y una entidad internacional emitirá informes sobre la posible actividad del IRA y las organizaciones lealistas protestantes.
El acuerdo firmado esta semana ´retorna´ a Londres la responsabilidad de imponer los recortes en el gasto público en la provincia, el único territorio autonómico donde aún no se han aplicado las medidas de austeridad del Ejecutivo de David Cameron.
En contrapartida, el autogobierno de Belfast será compensado económicamente a corto plazo y tendrá libertad para reducir el impuesto de sociedades al 12,5 por ciento partir de 2018.
Esta tasa es inferior a la del resto de Reino Unido pero se situará al mismo nivel que la vigente en la Republica de Irlanda.