"En principio descartamos que sea un Niño extraordinario, pero estamos ante un evento fuerte y todavía quedan muchas variables por jugar, no hay que bajar la guardia", advirtió Julián Hernández, consultor del CIIFEN, centro con sede en Ecuador que da seguimiento al fenómeno a nivel regional.
Suele alcanzar su fase máxima entre octubre y enero para después entrar en un periodo de declinación en el que las anomalías se van debilitando.
El episodio actual, 2015-2016, comenzó a evidenciar su intensidad en la región a partir del mes de junio, si bien se venían sintiendo anomalías desde 2014.
En un principio se consideró que en esta ocasión El Niño podría tener la misma intensidad que en 1997, cuando causó grandes desastres en todo el mundo, desde inundaciones y deslizamientos de tierra en EEUU a sequía e incendios forestales en Indonesia y Brasil.
Sin embargo, las proyecciones actuales estiman que no va a ser tan extremo como el de los años 90.
Venezuela espera un "niño" muy intenso
Se estima que El Niño sea de fuerte intensidad y pueda prolongarse hasta mayo de 2016.
El Niño se presenta al producirse un calentamiento anormal en las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial, lo que altera la circulación atmosférica y modifica la dirección en la que soplan los vientos; estos a su vez tienden a disminuir su intensidad, generando un mayor calentamiento en el océano.