Kibiro, construido en base a los últimos estudios de inteligencia artificial, mide 28 centímetros, pesa 800 gramos y se puede colocar fácilmente en una mesa o cerca de una cama.
El robot puede entablar una conversación utilizando el micrófono y el altavoz, y también es capaz de reconocer caras gracias a su cámara incorporada.
Además, a través de aplicaciones especializadas, correo electrónico y redes sociales logra aprender el comportamiento y las preferencias de sus usuarios.
"Comunicándose con una persona, Kibiro se enterará de sus acciones y gustos; nos enseñará a sorprendernos a nosotros mismos", dicen los diseñadores del robot en el comunicado de prensa.
Los particulares podrán adquirir el robot desde la segunda mitad de 2016 por un precio de entre 1.000 y 1.200 dólares.